En 1976 Isabel Segura era una estudiante de Ciencias de la Salud y la Universidad la envió a hacer unas prácticas en la Clínica Pueyrredon. Al poco tiempo le ofrecen trabajar en la Clínica. Comenzó como enfermera de todas las unidades y de todos los turnos. En 1983 fue la primera enfermera administrativa, su función era controlar todos los gastos que tenía el paciente, tarea que hizo con las historias clínicas durante 3 años.

En 1986 le ofrecieron la supervisión del turno tarde y noche. Isabel cuenta que eran solo dos jefas en ese momento. Su función era controlar el personal de todos los servicios: guardia, consultorio externo, los pisos, terapia intensiva, neonatología, enfermería, mucamas, cocina y lavadero.

En algún momento en la clínica el Dr. Bracco abrió la Escuela de Auxiliar de Enfermería. De esta manera, el personal que estaba estudió y obtuvo su matrícula. También se fue incorporando a los residentes, y así la clínica se fue modernizando y se ampliaba cada vez más el personal que teníamos a cargo. Además, teníamos gente más especializada para mejorar la atención y bienestar de los pacientes.

En 1990 se incorporó a la institución la Dra. Cristina Miglioranza, Especialista en infectología, y con ella se activó todo un control de infectología para la Clínica Pueyrredon. Isabel realizó un curso sobre infectología y estuvo trabajando a la par de la Dra. casi 20 años. De esta manera, la clínica empezó a ocuparse de lo que es el control de vacunación y enfermedades de su personal.

Su función no solamente era de ser la supervisora del turno tarde de enfermeras, mucamas, cocina, lavadero, etc.; sino también tenía el rol de enfermera de Infectología. Además, también colaboraba haciendo los sueldos con el tesorero. Era muy amplio su conocimiento y todas las funciones que realizó en la clínica.

Con el paso del tiempo se fueron incorporando más supervisoras de Enfermería, y si bien Isabel continuó perteneciendo a la Coordinación de Enfermería, estuvo trabajando más a la par de la Dra. Miglioranza. “Continué estudiando lo que correspondía de infectología ya que me interesaba mucho porque realmente era una especialidad muy importante”.

¿Cómo fue tu paso por Clínica Pueyrredon?

Siempre en la clínica trabajé muy cómoda, me ha brindado mucho la institución, ya que siempre ha cuidado y dado ayuda al personal que lo necesitaba.

Estoy muy agradecida, tuve muy buenos grupos de compañeras desde que ingresé hasta el día en que me jubilé. En lo personal, la clínica siempre me brindó una gran ayuda.

Mis funciones siempre fueron muy amplias. Fueron muchos años de mucho trabajo, la función de una jefa no solo es la parte técnica con el personal, si no es compartir la parte humana. Podría decir muchas más cosas, pero quiero resaltar el agradecimiento y orgullo que siento de haber trabajado con los dueños, con sus hijos y sus nietos, todos grandes profesionales.